MADRID, 06 DE MARZO DE 2020. Con motivo de la celebración del 8 de marzo, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) insta a los editores y a los directores de los medios a que apliquen las medidas que sean necesarias para proteger a las periodistas de la violencia y el acoso en el trabajo y en las redes sociales, uno de los problemas más graves que sufren las mujeres que ejercen el periodismo.
La FAPE se une a la campaña de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), de la que es socia, en defensa de la convención de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) sobre violencia y acoso en el trabajo, un acuerdo que puede mejorar claramente la situación de las mujeres en el mundo laboral.
En este sentido, la FAPE celebra que el Gobierno haya iniciado la tramitación del convenio, según anunció el pasado día la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que añadió que el pacto ampara a los/as trabajadores frente a la violencia y el acoso en todo tipo de situaciones (en el centro de trabajo, en los desplazamientos, en los viajes de empresa, en las redes sociales...) y con independencia del tipo de contrato que hayan suscrito, incluidos los becarios.
La Convención recoge de forma específica la violencia online, de tal forma que los gobiernos estarán obligados a adoptar una legislación que proteja a los/as periodistas de los ataques en redes y a crear mecanismos de denuncia.
Por su parte, los editores tienen el deber de garantizar un lugar de trabajo seguro y proporcionar un mecanismo sólido para que las afectadas puedan presentar sus denuncias y reciban protección cuando sean objeto de acoso y/o abuso en línea.
Una encuesta de la FIP mostró en 2017 que el 43% de las periodistas que respondieron habían sufrido acoso en línea. Otra encuesta de la FIP de 2018 reveló que solo la mitad de las víctimas (53%) informaron del acoso a los directivos de sus medios, a los sindicatos o a la policía, y en dos tercios de los casos no se hizo nada.
En el Día Internacional de la Mujer, la FAPE reclama que los editores se comprometan de una manera decidida a aplicar políticas que acaben con las limitaciones que sufren las periodistas a la hora de desarrollar sus carreras profesionales y les permitan el acceso a puestos directivos, en los que están infrarrepresentadas a pesar de ser mayoría en las redacciones, además de medidas que favorezcan la conciliación de la vida laboral y familiar y eliminen la brecha salarial, obstáculos que impiden alcanzar la igualdad real en nuestro oficio.
Además, desde la FAPE seguimos apostando por visibilizar a las mujeres en los medios de comunicación para que no queden relegadas a un segundo plano o solo se las represente como víctimas.
En definitiva, los medios deben aportar la visión de mujeres expertas, directivas, deportistas, etc. y no quedarse únicamente en la de los hombres, que tradicionalmente han venido siendo los protagonistas.
MADRID, 26 DE FEBRERO DE 2020. Ante el surgimiento de nuevos casos de enfermos por el coronavirus, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) hace un llamamiento a todos los medios de comunicación para que informen con rigor y datos reales, verificados y contrastados sobre este problema, sin recurrir a enfoques amarillistas o sensacionalistas que solo pueden crear situaciones de miedo generalizado.
Igualmente, pide a las administraciones, ya sean estatales como autonómicas, y a los responsables de los centros médicos que informen con puntualidad y transparencia sobre esta enfermedad a fin de que los ciudadanos reciban un bagaje de conocimientos que les permitan enfocar el problema con serenidad y apliquen las medidas de autoprotección que recomienden las autoridades sanitarias.
La FAPE recuerda a los periodistas que nuestro Código Deontológico nos reclama que, sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a la información, respetemos el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, sobre todo en el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas.
En estos casos, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre los sentimientos y circunstancias de las personas afectadas, sin olvidar que las restricciones sobre intromisiones en la intimidad deberán observarse con especial cuidado cuando se trate de personas ingresadas en centros hospitalarios o en instituciones similares.
La función social que protagoniza el periodismo en provecho de la comunidad tiene su máxima expresión en las crisis y conflictos. Reconocida nuestra influencia en la formación de la opinión pública, debemos ser conscientes de que los titulares y las noticias alarmistas, sensacionalistas o amarillistas siembran la desconfianza y pueden crear un estado de alarma que no se corresponda con la realidad.
En las situaciones de catástrofes o de epidemias, la disciplina de la verificación y el recurso a fuentes fiables, elementos fundamentales del periodismo, cobran un imprescindible relieve especial y son el mejor antídoto contra la difusión de noticias falsas o engañosas que, en casos como el que estamos abordando, proliferan en las redes sociales, planteando estrafalarias explicaciones sobre el origen del coronavirus o recetas milagrosas para su cura.
También hay que señalar que en las situaciones de crisis es cuando los medios tienen la posibilidad de demostrar a los ciudadanos que pueden confiar en nuestro trabajo y que el periodismo de calidad, es decir, el veraz, el que verifica, contrasta y se asienta en valores éticos, es un bien valioso que conviene preservar.
En el caso del coronavirus, ese bien se afianza si trabajamos para aumentar el conocimiento del público mediante informaciones que eduquen, avisen e informen con datos reales. Cuanto mayor y mejor conocimiento sobre el coronavirus tengan los ciudadanos con nuestro trabajo, más se reducirá la sensación de miedo y de histeria que puede derivar de una información alarmista, basada en especulaciones y conjeturas sin fundamento.
MADRID, 26 DE FEBRERO DE 2020. Ante el surgimiento de nuevos casos de enfermos por el coronavirus, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) hace un llamamiento a todos los medios de comunicación para que informen con rigor y datos reales, verificados y contrastados sobre este problema, sin recurrir a enfoques amarillistas o sensacionalistas que solo pueden crear situaciones de miedo generalizado.
Igualmente, pide a las administraciones, ya sean estatales como autonómicas, y a los responsables de los centros médicos que informen con puntualidad y transparencia sobre esta enfermedad a fin de que los ciudadanos reciban un bagaje de conocimientos que les permitan enfocar el problema con serenidad y apliquen las medidas de autoprotección que recomienden las autoridades sanitarias.
La FAPE recuerda a los periodistas que nuestro Código Deontológico nos reclama que, sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a la información, respetemos el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, sobre todo en el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas.
En estos casos, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre los sentimientos y circunstancias de las personas afectadas, sin olvidar que las restricciones sobre intromisiones en la intimidad deberán observarse con especial cuidado cuando se trate de personas ingresadas en centros hospitalarios o en instituciones similares.
La función social que protagoniza el periodismo en provecho de la comunidad tiene su máxima expresión en las crisis y conflictos. Reconocida nuestra influencia en la formación de la opinión pública, debemos ser conscientes de que los titulares y las noticias alarmistas, sensacionalistas o amarillistas siembran la desconfianza y pueden crear un estado de alarma que no se corresponda con la realidad.
En las situaciones de catástrofes o de epidemias, la disciplina de la verificación y el recurso a fuentes fiables, elementos fundamentales del periodismo, cobran un imprescindible relieve especial y son el mejor antídoto contra la difusión de noticias falsas o engañosas que, en casos como el que estamos abordando, proliferan en las redes sociales, planteando estrafalarias explicaciones sobre el origen del coronavirus o recetas milagrosas para su cura.
También hay que señalar que en las situaciones de crisis es cuando los medios tienen la posibilidad de demostrar a los ciudadanos que pueden confiar en nuestro trabajo y que el periodismo de calidad, es decir, el veraz, el que verifica, contrasta y se asienta en valores éticos, es un bien valioso que conviene preservar.
En el caso del coronavirus, ese bien se afianza si trabajamos para aumentar el conocimiento del público mediante informaciones que eduquen, avisen e informen con datos reales. Cuanto mayor y mejor conocimiento sobre el coronavirus tengan los ciudadanos con nuestro trabajo, más se reducirá la sensación de miedo y de histeria que puede derivar de una información alarmista, basada en especulaciones y conjeturas sin fundamento.